Tenemos que tener presente que: Todas las personas en mayor o menor medida arrastramos algunas de las cinco heridas emocionales generadas en la infancia, rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia. Estas pueden haber sido cultivadas en el ambiente familiar o social de manera no consciente. Percatarse de estas heridas es un gran paso para el desarrollo y la madurez emocional de la persona. Verlo desde la comprensión y el no desde el juicio es ganar calidad de vida emocional y sobre todo liberarnos a nosotros mismos elevando nuestro nivel de conciencia.
Algo que no consideramos es que, somos víctimas de víctimas, es decir hemos sido criados en base a las experiencias de vida de nuestros padres, repitiendo patrones de comportamiento, pautas mentales y educativas, trato recibido etc, (que nosotros también repetiremos si no tomamos conciencia de esto) en base a las herramientas que nuestros padres tenían o que tienen. El perdón hacia ellos será clave. Es importante solucionar las cosas con ellos, así dejaremos de repetir situaciones del mismo tipo.
Como decía – Mark Twain: El perdón es el perfume que desprende la violeta sobre el talón de quien la pisa.
Veamos las cosas con otra percepción ya que esta, está distorsionada debido al condicionamiento colectivo y experiencias vividas.
El perdón es la llave maestra y el beneficio para uno mismo. Recuerda que solo estás a un pensamiento de cambiar tu vida.
Por un mundo mejor, gracias, gracias, gracias.